Hoy se recuerda el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer en memoria de las hermanas Mirabal: Patricia, Minerva y María Teresa, presas políticas que por reclamar derechos laborales, fueron asesinadas por la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana; el encuentro feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en Bogotá en 1981, acordó señalar el 25 de noviembre como fecha para conmemorar la lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres y niñas.
El 17 de diciembre de 1999, la Organización de Naciones Unidas declaró el 25 de noviembre como “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, llamando a gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales, a aunar fuerzas y abordar esta problemática mundial y a promover actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública.
La violencia contra la mujer constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a que el hombre domine a la mujer y la discrimine y tiene repercusiones negativas en la vida social y económica de los países.
El establecimiento de este día permite visibilizar la importancia de revertir la violencia que se ejerce en contra de las mujeres en todo el mundo, así tenemos de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que el 36.1 % de mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de violencia sexual por parte de personas distintas de su pareja.
El Programa Nacional contra la Violencia Familiar del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) se crea el 2001 y desde ese año, a través de los Centros Emergencia Mujer impulsa y articula campañas de sensibilización dirigidas a la población y las autoridades, en especial en esta fecha emblemática. Actualmente coordina estas acciones con la Dirección General contra la Violencia de Género, instancia normativa y rectora creada el 2012.
Desde el 2008, la Organización de Naciones Unidas (ONU) dio mayor énfasis a esta lucha, emprendiendo la campaña mundial «Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres», con el objetivo de comprometer la voluntad política y recursos de los Estados para prevenir y responder a este tipo de violencia; a la cual el Perú se sumó, involucrando y motivando a sectores del Estado, sociedad civil y población, propiciando mayor conciencia y rechazo social a actos que afectan los derechos humanos de las mujeres.
El Estado peruano propicia la movilización social, utiliza nuevas estrategias y promueve la participación de diferentes actores/as sociales, especialmente de operadores/ras y medios de comunicación, involucrando a diversos grupos poblacionales y etarios para combatir la violencia contra mujeres y niñas.
En nuestra provincia este problema social refleja estadísticas preocupantes y de enero a la fecha el Centro Emergencia Mujer Huarmey reporta más de 200 casos de violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar, cifra que representa un incremento de casi 4.5% de casos, con relación al mismo periodo del 2016.
El trabajo para revertir estas estadísticas continúa y esperamos que autoridades, operadores de justicia, sociedad civil organizada y población en general sigamos contribuyendo para que la violencia contra la mujer disminuya y algún día podamos formar parte de una sociedad libre de violencia con una cultura de paz.
