Juan Carlos Barrios Ávalos, colaborador eficaz del Caso ‘La Centralita’, no acudió ayer a la citación del Segundo Juzgado Penal Nacional, que viajó a Chimbote para tomar declaraciones por el crimen del ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos, perpetrado en marzo del 2014.
Barrios era el primero de una lista de 18 personas, entre testigos, procesados y colaboradores eficaces, convocadas por el fiscal Yuri García Cano para este proceso. Las diligencias continuarán hoy y mañana en la sede de la Corte Superior de Justicia del Santa.
“Volveremos a citar a Barrios, pero esta vez en Lima”, aseveró el fiscal, quien recordó que el otrora hombre fuerte del ex gobernadorCésar Álvarez Aguilar había sido sindicado por el extinto Nolasco como responsable del primer atentado en su contra (julio del 2010). Para entonces, desconocidos dispararon cuatro veces contra Nolasco y mataron a su hijastro, Roberto Torres Blas.
Nolasco fue ultimado cuatro años después, cuando se encontraba en Huacho.
Según verificó El Comercio, quienes sí acudieron a la cita fueron Rufino García Vega y Fernando Morgan Arias, ex dirigentes del Sindicato de Construcción Civil Histórico de Chimbote.
Para la fiscalía, el sindicato era una fachada de delincuentes, encabezados por el hoy procesado Víctor López Padilla y bajo las órdenes de Álvarez Aguilar.
Durante los interrogatorios, tanto García Vega como Morgan Arias reiteraron que el primer atentado contra Nolasco Campos había sido pasional. Sin embargo, no pudieron precisar el origen de aquella afirmación.
Un dato que le pareció significativo a la fiscalía fue que Morgan Arias confirmara que unos sujetos apodados ‘Chelele’, ‘Pichón’ y ‘Papaya’ trabajaron en la construcción de un centro comercial en Chimbote cuando ocurrió el crimen. Según fuentes policiales, los tres individuos serían delincuentes allegados a López Padilla.
La última declaración del primer día de diligencias fue la de Sebastián Saavedra Vargas, chofer que llevó a Nolasco Campos a Huacho. Saavedra insistió en su inocencia, al descartar que un mensaje recibido horas antes del crimen, en que le preguntaban: “¿Qué fue, Sebastián?”, haya estado relacionado con el atentado.
“Era un vecino quien me preguntaba si había pagado un préstamo”, aseveró.