E l Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia del Santa dictó cadena perpetua para Roberto Acosta Velásquez, quien ultrajó sexualmente a su hijastra, desde que tenía 8 años de edad. El depravado aprovechaba que la madre de la menor salía a trabajar por las tardes, para dar rienda suelta a sus bajos instintos.
El 5 de junio de 2015, en su testimonio en la cámara Gesell, la víctima L. J. G. C. describió clara y coherentemente, la manera en la que Acosta Velásquez la sometía a continuos ultrajes, en ausencia de su progenitora, a quien no le contaba los terribles hechos, por temor a que su atacante la asesinara. La pericia sicológica arrojó como resultado que «la menor sentía malestar y tensión al relatar vivencias negativas de tipo sexual».
Durante el juicio oral, la defensa técnica de Roberto Acosta señaló que la denuncia de la menor, en realidad era motivada por un deseo de venganza en contra de su patrocinado, debido a que éste, solía llegar en estado de ebriedad a su casa y constantemente agredía verbalmente a su madre.
Tras los debates orales, finalmente y por unanimidad, los integrantes del Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de la Corte Superior de Justicia del Santa, encontraron culpable del delito de violación sexual de menor de edad, a Roberto Acosta Velásquez y lo condenaron a cadena perpetua, la cual deberá cumplir en el establecimiento penitenciario de Cambio Puente.
La reparación civil se fijó en 5 mil soles.