Haber ultrajado sexualmente a su propia hija menor de edad durante varios años, habiendo llegado al extremo de embarazarla, le costó perder su libertad para siempre. Teodocio Braulio Urbano Alcántara, fue sentenciado a cadena perpetua por los integrantes de la Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Justicia del Santa por el delito de violación sexual.
Los execrables hechos se produjeron desde el 2003 en el caserío de Limpián en Caraz, cuando la agraviada de iniciales P. P. U. M. tenía 13 años. La madre de la menor al enterarse del ultraje denunció al depravado pero éste fugó con la menor hacia Chimbote.
Producto de la violación, la agraviada alumbró un niño, que luego murió por causas desconocidas cuando iba a cumplir dos meses de edad. Desde entonces la víctima empezó a trabajar como empleada doméstica. El 29 de agosto del 2006 fue obligada por su desalmado progenitor a bajar del ómnibus en el que iba a viajar a la sierra y posteriormente la condujo a su vivienda donde nuevamente abusó sexualmente de ella.
La adolescente decidió denunciar el hecho ante la Policía y el hecho se judicializó. La Sala Penal de la Corte del Santa decidió en el 2008 declarar reo ausente a Urbano Alcántara y reservaron el proceso. El depravado fue capturado el pasado 2 de junio.
Luego del juicio oral, Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Justicia del Santa falló, condenando a cadena perpetua a Teodocio Braulio Urbano Alcántara, quien además deberá pagar una reparación civil de 5 000 soles en favor de la agraviada.