Es así que, según lo señalado por la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), 6 de cada 10 hogares que recibieron el programa alimentario no debieron hacerlo, ya que para la distribución de este es indispensable estar categorizado como pobre o pobre extremo.

Asimismo, la primera prioridad del programa son los niños de 0 a 6 años y las madres gestantes o en periodo de lactancia, y la segunda prioridad los niños de entre 7 y 13 años, los adultos mayores y las personas afectadas por tuberculosis.

INFILTRADOS
ComexPerú señaló, además, que Lima, que representa el 22.7% de los hogares beneficiados, presenta un 74.9% de hogares filtrados o que recibieron el programa sin necesitarlo.

En el caso de las regiones de Madre de Dios (91.7%), Tumbes (90.9%) e Ica (89.1%), estas presentaron mayores niveles de filtración. Caso contrario sucedió con Cajamarca, el departamento más pobre del país y el segundo beneficiario del programa, que registró un 28.7% de filtración.

Finalmente, al analizar la situación de las familias infiltradas, se obtuvo que el 87% de los jefes de hogar se encuentra empleado o posee un negocio propio, y el 72.5% vive en casa propia.

“El PVL demuestra que, con el paso del tiempo, se ha ido perdiendo la dirección. Y en un contexto de gasto social en ascenso y mayor cobertura de los programas sociales, urge redefinir el PVL y otros programas”, sostuvo ComexPerú.

DATOS

• El PVL fue creado mediante la Ley Nº 24059 para ofrecer una ración diaria de alimentos a la población en situación de pobreza o pobreza extrema.
• Para el 2016, el gobierno del ex presidente Humala destinó un presupuesto de S/5,360 millones para el financiamiento de los programas sociales.