La Fiscalía Anticorrupción investiga un hecho que destapa el verdadero rostro de quienes deberían servir al pueblo: el alcalde distrital de Jangas (Huaraz), Elmer Cacha Catire, habría usado la camioneta oficial para salir a una reunión social, donde se habría consumido alcohol, y terminó accidentada en manos de un ciudadano ebrio que ni siquiera era conductor autorizado.
La camioneta —recientemente donada por Barrick para atender necesidades del distrito— terminó chocada, reparada en silencio y, según fuentes fiscales, con intentos de ocultar información desde la propia municipalidad distrital.
¿Eso es gestión? ¿O estamos frente a un abuso descarado del poder?
La Fiscalía ya evalúa pedir prisión preventiva para los responsables y suspender al alcalde Cacha Catire mientras avanza la investigación. Las autoridades municipales serán citadas y, si no colaboran, serán llevadas de grado o fuerza.
Jangas no puede seguir tolerando autoridades que usan los bienes públicos como si fueran juguetes privados, no puede aceptar que una camioneta del pueblo termine convertida en carro de fiesta y borrachera.



