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viernes, marzo 29, 2024
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Walter Albán: “La corrupción es un cáncer que ha hecho metástasis”

Walter Albán acepta que los resultados en las elecciones regionales prueban que los peruanos aún no aprendemos de las malas experiencias. Algo preocupante, pues considera que la base de la lucha anticorrupción depende del ciudadano común.

— Existe un fuerte compromiso en el país para estimular la inversión, pero no se aprecia la misma contundencia para sancionar la corrupción. ¿En eso radica nuestro problema? 
Fallan una serie de cosas. En el Perú hemos experimentado un crecimiento económico sostenible por casi dos décadas que ha elevado el nivel de vida y reducido los márgenes de pobreza, pero no ha ido acompañado del fortalecimiento de las instituciones del Estado. Algo que debe preocuparnos es que, paralelo a ello, han crecido las actividades ilícitas que no solo causan daño por lo que significan en sí, sino por sus efectos colaterales. La criminalidad no es ajena a la corrupción.

— Al interior del país actividades ilícitas como el narcotráfico, la tala y minería ilegal, la trata de personas conviven con instituciones formales.
La preocupación más importante para Proética es la manera como esta economía ilegal, a través de la corrupción, ha penetrado el Estado para debilitar las instituciones. Evidencia de ello es que más de dos tercios de las gestiones anteriores de gobiernos regionales tenían procesos judiciales o intervenciones de la contraloría. Y no solo por malos manejos, pues se recurrió también a la criminalidad como en Áncash.

— ¿Cómo contrarrestar eso?
Se trata de generar una estrategia que comprometa a todos los sectores interesados en limpiar al país de la corrupción. Se requieren alianzas entre sectores del Estado o de quienes están directamente comprometidos con este objetivo. Esto lo hemos expuesto al nuevo fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, porque estamos seguros de que él, además de contar con buenos fiscales, que los hay, necesita de la sociedad civil e instituciones externas al Ministerio Público.

— El ex procurador José Ugaz sostiene que en la época de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos la corrupción se centralizó, pero como consecuencia de la regionalización se ha desconcentrado.
La corrupción es un cáncer que ha hecho metástasis. Creo que en la época de Fujimori hubo grandes tumores que se extirparon, pero aquello requería un trabajo posterior, como una quimioterapia. Fueron dos los grandes compromisos que asumieron las organizaciones políticas que dijeron defender la democracia: protección y defensa de derechos humanos y lucha anticorrupción. Lamentablemente, lo visto los años siguientes ha sido un progresivo debilitamiento de esa voluntad. Los tumores no dejaron de producir daños, sino que se diseminaron y la descomposición se aprecia hoy en distintas partes. Hay una suerte de tecnificación de la criminalidad.

elcomercio.pe

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