Esta es una guía de las cuatro experiencias, sumamente placenteras, que vivirá cuando viaje a Huarmey.
1. Conocer su bella costa inexplorada
Déjese arrullar por la brisa marina mientras contempla aguas turquesas y disfruta de las finas arenas del litoral huarmeyano.
Tuquillo es la playa más bulliciosa y alegre. Y la única donde hallará restaurantes y artesanías para el recuerdo. Aunque –alerta– el desorden que, lamentablemente, casi siempre trae consigo la fama ya empieza a amenazar su belleza. Sin embargo, más allá del balneario de Tuquillo se extiende una inolvidable ruta de playas vírgenes donde el mar turquesa y la arena blanca confabulan para crear una experiencia de sosiego total.
Pan de Azúcar (kilómetro 321 de la Panamericana Norte) con su fauna marina deslumbrante: estrellas marinas y cangrejos merodeando su paseo; aves guaneras que habitan en los hoyos de las impresionantes formaciones rocosas de los alrededores y tímidos murciélagos.
Tamborero (kilómetro 261 y 262 de la Panamericana Norte), ideal para nadar, bucear y acampar en grandes grupos y hasta familias, pues tiene zonas protegidas del viento. Posee una roca enigmática conocida por los lugareños como “el indio sentado” por su forma dibujada por el viento y el paso del tiempo.
2. Disfrutar su deliciosa gastronomía marina
El platillo que no puede dejar de comer en Huarmey es el célebre ceviche huarmeyano. Se diferencia de otros ceviches porque no lleva nada de pescado. Solo se prepara a base de mariscos locales. Así, el secreto de su preparación son sus mariscos siempre fresquísimos: barquillo, pausa, lengua, chanque y blanco, los cuales poseen atributos afrodisiacos. Frescura absoluta es lo que define a este platillo regional.
El verdadero ceviche huarmeyano es preparado solo con lenguitas. Otros manjares de la zona son el ceviche de pato, el picante de cuy, el picante de conejo, el pepián de pava, los chicharrones, y el ahogado de ciño y tamales.

3. Beber su ancestral chicha de jora
La proeza de preservar la milenaria tradición de la chicha de jora es rescatar su casi olvidado legado.
Vale precisar que esta chicha es la única que no utiliza ni una sola pizca de azúcar en su preparación. Solo se elabora con maíz de jora y agua. Su preparación requiere de mucho cuidado, siendo un motivo de orgullo huarmeyano.
4. Admirar su legado histórico y arqueológico
Visite al Castillo de Huarmey. En este centro arqueológico se dio uno de los descubrimientos históricos más importantes de la región. Allí se halló una tumba imperial wari. Fue un ritual de entierro, más de 1.200 objetos de plata, oro y sus aleaciones, plomo, posiblemente bronce, hueso, madera esculpida, textiles, cerámica y mate maravillaron a los investigadores.
Fueron más de 60 cuerpos hallados en la cámara fúnebre, entre ellos 57 personajes de la nobleza, probablemente damas de la corte real pertenecientes a la élite wari, y seis cuerpos que no tenían fardos, posiblemente víctimas de un sacrificio ritual
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¿Verdad que sobran los motivos para visitar Huarmey? No espere más.
larepublica.pe/revista rumbos